La covid persistente es una patología que afecta a una media de entre el 10 y el 20% de los pacientes contagiados por coronavirus.

A pesar de que las vacunaciones están provocando un descenso en el número de fallecidos y hospitalizados, cada vez son más las personas que siguen presentando síntomas de la enfermedad incluso varios meses después de haberse contagiado.

Las consecuencias de la covid persistente se reflejan tanto en el estado físico como en el psicológico de los pacientes.

Ante el desconocimiento del origen de estos efectos secundarios, los profesionales de la medicina están centrando sus esfuerzos en paliar la intensidad de las afecciones a través de tratamientos combinados de rehabilitación física y terapia neuropsicológica.

Se estima que la covid persistente puede manifestarse hasta en cincuenta sintomatologías diferentes.

Los síntomas de la covid persistente

La covid persistente no presenta un patrón temporal definido. Las dolencias varían de un paciente a otro y pueden aumentar en épocas de estrés o de exigencia física puntual. Veamos cuáles son las más comunes.

·         Malestar general: Se presenta en forma de fatiga crónica, alteraciones en el sueño, náuseas y mareos, dolores en articulaciones y hasta pérdida de la masa muscular.

·         Aparato digestivo: Falta de apetito, dolor estomacal, diarreas o dificultad para regular el tránsito intestinal.

·         Sistema cardiovascular: Fluctuaciones en la tensión arterial, palpitaciones y latidos irregulares.

·         Problemas en la piel y el cabello: Manchas, erupciones, caída repentina de pelo.

Una de las consecuencias de la covid persistente que más preocupa a los facultativos es la que concierne al estado psicológico de los pacientes.

Algunos colectivos, como los profesionales sanitarios y las familias que han vivido en primera persona las consecuencias de la pandemia, han estado expuestos a una presión psicológica demasiado intensa durante un espacio de tiempo muy prolongado.

Además de las migrañas y otros reflejos del coronavirus como la pérdida del olfato o del gusto, muchos de los afectados presentan episodios de cambios repentinos en el estado de ánimo o falta de motivación y energías para continuar con sus obligaciones diarias o con su rutinas de trabajo y estudios.

El covid persistente y la tos

El aparato respiratorio es uno de los más afectados por el contagio del coronavirus. Los sacos de aire de los pulmones se llenan de fluido y disminuyen su capacidad para cubrir las necesidades de oxígeno del organismo.

Los pacientes afectados por la covid persistente, además de sentir dolores en el pecho y sensación de falta de aire, pueden llegar a sufrir de espasmos y tos seca incluso varios meses después de padecer la enfermedad.

Tratamiento del covid persistente

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los profesionales de la medicina ante la covid persistente es que aún no existe una definición unificada a nivel mundial para esta patología

Esta circunstancia multiplica las dificultades, tanto a la hora del reconocimiento de los pacientes como para el establecimiento de protocolos sanitarios.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha solicitado a los países que intensifiquen sus estudios e investigaciones con el objetivo de encontrar soluciones eficaces ante este nuevo desafío derivado de la pandemia.   

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