Electrocardiograma, imprescindible en Atención Primaria

Según la OMS, cada año mueren en el mundo más de 7 millones de personas por infarto, y en España, la cifra anual de muertes por infarto supera las 14.000 personas.

En la atención primaria como puerta de entrada al sistema de salud y donde, al menos, una vez al año se visita más del 80% de la población, es imprescindible un correcto abordaje de las enfermedades del corazón.

 

Y una de las herramientas de mayor utilidad para el diagnóstico de cardiopatías es el electrocardiograma, una técnica diagnóstica no invasiva que registra de forma simple, inocua y eficiente la actividad eléctrica del corazón.  

De hecho, presenta una sensibilidad del 84,5 %, con un valor predictivo positivo del 92,34 %, una especificidad del 93 % y un valor predictivo negativo del 85,71 % en el diagnóstico electrocardiográfico de infarto agudo de miocardio. 

Además de ser útil en el diagnóstico del infarto agudo de miocardio, también nos permite diagnosticar las alteraciones del ritmo cardíaco, tanto cuando el corazón va lento (bradicardias), como cuando va rápido (taquicardias). También nos permite identificar cuando el corazón no funciona de forma rítmica (que es la forma fisiológica), identificando habitualmente, una arritmia denominada fibrilación auricular, que ha aumentado mucho su incidencia y prevalencia en los últimos años, y cuya importancia es que se acompaña de un alto riesgo trombótico, debiéndose valorar si precisa tratamiento anticoagulante.

Sin embargo, el diagnóstico de un paciente con sintomatología cardiaca debe ir más allá de los resultados del registro electrocardiográfico, siendo imprescindible conocer el entorno y la clínica de dicho paciente para lo que el médico / médica de la atención primaria es fundamental. Hay que conocer el conjunto de síntomas, la clínica referida por el paciente, otras patologías que pueda presentar, etc. Ello es lo que permite un diagnóstico clínico diferencial de la enfermedad en la atención primaria.  Así, resulta absolutamente necesaria la realización de un ECG en pacientes que han presentado un síncope (pérdida de conocimiento) para identificar alteraciones cardíacas que lo pueden haber causado, muy especialmente, la presencia de algún bloqueo del impulso eléctrico a lo largo del ciclo cardíaco, siendo necesaria la implantación de un marcapasos para corregir dicho bloqueo.

 

El abordaje integrado de los pacientes crónicos entre las especialidades de cardiología y atención primaria se ha demostrado efectivo para mejorar el tratamiento de estos pacientes, sin que ello suponga un augmento de los recursos a destinar. Y para ese abordaje integrado será imprescindible la electrocardiografía. Dentro de las enfermedades crónicas, el paradigma es la insuficiencia cardíaca, donde es necesaria la realización periódica de un ECG para valorar su evolución. La aparición de cambios en el ECG (bloqueos de rama, signos de hipertrofias de cavidades…) sirven como signos de alarma de mal pronóstico.  

Sabemos pues que una correcta interpretación y lectura del electrocardiograma será necesaria desde nuestras consultas de atención primaria para hacer un buen diagnóstico ante una patología cardíaca. Actualizar herramientas y mecanismos de lectura del registro electrocardiográfico nos permitirá diferenciar un ECG normal de uno patológico, identificando situaciones patológicas propias de alteraciones cardíacas, como la pericarditis, pero también situaciones de alteraciones extracardíacas como alteraciones de los iones (hiperpotasemia, hipocalcemia…).

La realización de una lectura sistemática del electro, valorando todas las  derivaciones cardíacas, nos permitirá conocer si el corazón sigue un ritmo fisiológico o patológico, valorar el eje cardíaco y sus implicaciones clínicas, evaluar las arritmias más frecuentes en la práctica médica diaria, diferenciar los distintos tipos de bloqueos y  hemibloqueos,  identificar situaciones que pueden favorecer la aparición de una muerte súbita (presencia de una vía accesoria, síndrome de Brugada, alargamiento del QT…), apreciar si existen signos de hipertrofia de cavidades (aurículas o ventrículos) e identificar en el electrocardiograma las alteraciones características de un síndrome coronario agudo y del síndrome coronario crónico.

No existe ninguna otra prueba complementaria, tan accesible, barata, inocua y fácil de interpretar con los conocimientos necesarios, que nos de tanta información del funcionamiento cardíaco.

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